Si posee un pozo de agua potable, debe asegurarse que el agua que emana cumpla las máximas garantías de consumo. Con el paso del tiempo, es normal que en los pozos se deposite arena en las paredes y que en el fondo se acumulen fangos debido a los cambios del nivel freático.
Es importante realizar un correcto mantenimiento y analizar regularmente el agua subterránea extraída para continuar usando el pozo de forma segura para uso cotidiano en el hogar o para regar campos. Su calidad dependerá de la geología propia del terreno, el clima, la geología y el uso del suelo. En ocasiones, puede contaminarse con diferentes residuos, debido a la actividad humana o incluso de origen natural, como bacterias y virus o restos minerales, por la disolución de las rocas o por la misma descomposición de las plantas en la superficie.
Para realizar la labor de limpieza y análisis, es de vital importancia contar con un equipo experto y que trabaje de forma profesional y efectiva. Con los diferentes sistemas de limpieza de pozos de agua potable, podrá tener la tranquilidad de disfrutar de un agua salubre y limpia de contaminantes.
Así, el disponer de un pozo de agua potable obliga a dedicarle atención y un mantenimiento adecuado.